La toxoplasmosis es una enfermedad transmitida por un parásito que se encuentra en los animales (los gatos son los huéspedes habituales).

Vías de contagio
-Contacto con la tierra o donde haya heces de animales.
-Consumo de alimentos mal higienizados
-Consumo de carnes crudas o poco cocidas
-Incorrecta limpieza de manos
-Deficiente limpieza de superficies y utensilios en contacto con carne cruda

Medidas de prevención
– Lavado de manos antes de comer o luego de manipular carne/vegetales crudos.
– Ingestión de carnes rojas bien cocidas
– Limpieza de elementos en contacto con carne cruda
– No ingerir vegetales crudos cuando no se pueda asegurar que fueron bien lavados
– En trabajos de jardinería, usar guantes y lavarse las manos
– Evitar contacto con excretas de gato
– En el caso de poseer mascota felina, remover las excretas diariamente, con guantes y lavado de manos posterior
– Realizar controles durante el embarazo para detectar a tiempo la infección

El contacto con la tierra o donde haya heces de animales es la vía más frecuente de contagio. Por lo tanto, si tenés una mascota felina, es recomendable remover las excretas diariamente, con guantes y después lavate bien las manos.

No a todos les afecta
Si el sistema inmune funciona correctamente, el individuo puede contagiarse y la infección pasar desapercibida o inadvertida. Esto sucede en la gran mayoría de la población. En este caso, la patología es asintomática.
En los pacientes inmunocomprometidos, por el contrario, los síntomas sí se manifiestan y pueden ser similares a un cuadro gripal (con fiebre y/o manchas en la piel) o presentarse en forma de lesiones a nivel cerebral u ocular (dolor de cabeza, hemiplejía y/o coriorretinitis, debido a la por formación de quistes).

Especial atención en el embarazo
Es particularmente importante tratar cuando la infección ocurre en las mujeres embarazadas, porque esa parasitosis puede pasar al bebé y generarle graves complicaciones: coriorretinitis, ceguera, hidrocefalia, calcificaciones intracerebrales, epilepsia, retraso mental o psicomotor.
Para ello, durante el período del embarazo, se busca conocer si las mujeres ya estuvieron o no contacto con el parásito. La transmisión de la madre al hijo únicamente puede ocurrir cuando la infección se adquiere por primera vez durante el período gestacional. Para ello, en el primer trimestre el médico prescribe un análisis de laboratorio, en el que se incluye la serología. Este control debe ser realizado de rutina y su resultado determinará si el toxoplasma tiene o no infección previa.
En caso de que sea positivo, es decir, que en algún momento la mujer estuvo en contacto con el parásito, significa que tiene anticuerpos protectores.
Si el resultado es negativo, en cambio, se debe realizar un seguimiento durante el embarazo y hacerle exámenes a la mujer, específicamente, serologías. Estos estudios están incluidos en el Programa MAMI.
Si en el transcurso del embarazo se produce seroconversión, es decir, se positiviza, hay que hacer distintas pruebas, estudios más profundos y se debe tratar a la mujer mediante medicación vía oral (de acuerdo a la etapa del embarazo). A su vez, se sigue controlando al bebé a través de una ecografía uterina. El tratamiento en la madre tiene como objeto disminuir la tasa de transmisión materno-fetal y evitar o reducir el daño al feto.
Si se soluciona durante el embarazo, se controla a la mujer y, cuando nace el bebé, se lo examina a fin de corroborar que no tenga ninguna complicación ni secuela.